Samuel
Tal vez sea el azar, el destino, la casualidad... pero yo prefiero pensar que eres un milagro. Que llegaras a nuestra vida, que hayamos compartido tantas cosas, que nos hagas creer en que se pueden superar las zancadillas que la vida nos pone y llegar a ser una gran persona. Que hayamos aprendido a querernos (aunque esto realmente ha sido fácil). Que aunque no seas mi hijo, mi familia está formada por cinco personas ( y dos gatos) desde que llegaste. Ha habido momentos en que he sentido que no era fácil, pero jamás he dudado de mis sentimientos, de mi deseo de que permanezcas siempre a nuestro lado, de que tu vida, ya muy plena, lo será aún más. Hemos aprendido mucho de ti, Samuel y espero que también tú de nosotros. Porque ser parte de una familia es eso también: aprender, equivocarse, alejarse y acercarse, acompañar, dialogar, reírse, enfurruñarse, reconciliarse. Ha sido apasionante ver cómo el baby que conocimos con 12 años se ha convertido en ...